Tras casi un año de confinamiento obligatorio, datos de la UNESCO revelan que más de 1,370 millones estudiantes en el mundo, desde preescolar hasta bachillerato, trasladaron la forma de aprender del salón de clases a la pantalla de su computadora, celular o televisor. Las escuelas han hecho de la tecnología su prioridad para continuar con sus planes académicos y actualmente en México se han capacitado a más de 1 millón de maestros en herramientas digitales, pero la experiencia se resumía en conectarse a una videoconferencia sin la interacción que enriquece el aprendizaje. La tecnología derribó esas barreras, ahora ya es posible tomar clases a distancia y sentirse dentro de una auténtica aula escolar.
Datos de la firma IDC señalan que la contingencia sanitaria dejó a ganadores y a perdedores en la industria educativa. Entre los ganadores se encuentran las herramientas de colaboración; plataformas de comunicación y contenido; soporte de TI; inteligencia artificial y automatización, entre otras. Por otro lado, los perdedores son toda la infraestructura escolar física, así como sistemas de seguridad; edificios inteligentes y administración de activos escolares. Por lo tanto, se vuelve imperante para las escuelas acercarse a un experto que le ayude a encontrar una solución acorde a sus necesidades para no rezagarse.
Con 97% de los internautas mexicanos que estudian o están interesados en estudiar en línea (con cifras de la Asociación del Internet), existen múltiples herramientas digitales que contribuyen a elevar la oferta de instituciones académicas de todos los niveles y tamaños para que la lejanía no sea un obstáculo en el desarrollo escolar. La más recurrente por las escuelas es la solución de aula híbrida. Esta modalidad garantiza una experiencia de enseñanza sin ruido ni distracciones, para una productividad sostenible tanto en alumnos como en docentes.
Las aulas híbridas consisten en la instalación de dispositivos tecnológicos de vanguardia en los propios salones de clase, como cámaras de alta definición e inteligencia artificial, micrófonos de diadema con cancelación de ruido y altavoces especiales para escuchar a los estudiantes. De esta manera, el profesor logra impartir su clase con mayor libertad de movimiento, escribe en un pizarrón visible a gran detalle para los alumnos y contesta preguntas de forma ordenada, sin ruido y con una reducción de fallas técnicas muy considerable comparado con los múltiples contratiempos que conllevan las conexiones domésticas en casa.
Ante la acelerada adopción tecnológica, la industria de la educación ha logrado convertir los desafíos en oportunidades gracias a las plataformas de videoconferencia; sin embargo, las empresas de transformación digital ya se adelantaron al nuevo paradigma de enseñanza a través de los paquetes de infraestructura que seguirán vigentes una vez que la contingencia sanitaria permita volver gradualmente a la normalidad.
A medida que las actividades económicas se reactivan, las escuelas y universidades de México tienen enfrente el gran reto de reunir a sus alumnos de nuevo y lo lograrán a través de esquemas mixtos donde aprovechen la tecnología disponible y mitiguen el impacto de reunir a todo su personal al mismo tiempo. Apostar por infraestructura que habilite aulas virtuales es una inversión muy inteligente y existen empresas con la respuesta para cada necesidad desde aulas virtuales sofisticadas hasta paquetes de internet inalámbrico de respaldo para los maestros que dan clase desde su domicilio.
Empresas de transformación digital como Alestra han apostado por reunir lo mejor de sus herramientas y agruparlas en casos de uso. De esta manera, los tomadores de decisiones se convencen de que la adopción tecnológica favorece a la transformación de sus negocios, sin importar las condiciones ni el entorno. Las principales escuelas y universidades en el país que ya cuentan con estas soluciones de intercambio de contenido interactivo no solo apuestan por la evolución tecnológica sino por la integridad humana, en un contexto todavía desafiante.